jueves, 3 de abril de 2008

Lo apostólico durante la Ley

también encontramos principios de lo apostólico durante la Ley de Moisés, en la misma Ley y en el período de su regencia.

"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros". (2 Co. 4:7)

Según este versículo (y muchos más), los cristianos en la Biblia somos figurados como vasos o vasijas de barro, pues el Alfarero eterno, nos moldea poco a poco para hecernos como Él quiere que seamos (Jer. 18:1-6). Bajo esta premisa, veamos este principio del Reino Escrito en la Ley:

"Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será inmunda". (Nm. 19:15)

Aquí nuevamente encontramos el principio de la cobertura espiritual, principio que viene sobre la Iglesia por la ministración apostólica. Los apóstoles son padres espirituales, puestos por Dios para cumplir las funciones formacionales o de crianza espiritual que no cumplieron ni cumplen la mayoría de los padres naturales (Revisar el artículo "Las señales del apóstol").

Así como nuestro ser está compuesto de tres partes (cuerpo, alma y espíritu), asimismo existen tres tipos de padres, uno para cada área del ser, siendo:
-El padre del cuerpo, nuestro padre biológico.
-El padre del alma, el apóstol que nos cubre, ministra, enseña y encamina en el Reino de Dios.
- El Padre del espíritu, Dios.

Veamos ahora otro ejemplo:

"Al tercer año de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñasen en las ciudades de Judá; y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías; y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram. Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo (...) Habitó, pues, Josafat en Jerusalén; pero daba vuelta y salía al pueblo, desde Beerseba hasta el monte de Efraín, y los conducía a Jehová el Dios de sus padres. Y puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos los lugares. Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho. Puso también Josafat en Jerusalén a algunos de los levitas y sacerdotes, y de los padres de familias de Israel, para el juicio de Jehová y para las causas. Y volvieron a Jerusalén. (2 Cr. 17:7-9; 19:4-8)

Aquí vemos la capacidad para activar ministros al Servicio del Señor, en el primer caso maestros, y en el segundo, legisladores. Esta capacidad requiere cierta autoridad, la cual es delegada por el Señor Jesús sobre sus apóstoles y profetas; son ellos los que tienen la autorización de Dios para impartir mantos ministeriales y dones espirituales. Durante mucho tiempo Dios permitió que esta labor la realizaran pastores, mas esto está cambiando con el retorno de los apóstoles y profetas, pues a ellos les pertence esta función.

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